Apreciación del desarrollo afectivo
Evolución de la afectividad infantil
En los primeros años de vida, es importante que se establezca un adecuada afectividad en el niño, ya que ésta influirá en el desarrollo general del niño, por ello se hace necesario que nos detengamos a describir los rasgos evolutivos que se dan en las diferentes edades de los niños de 0 a 6 años.
A. El niño de 0 a 2 años
‑ De 1 a 3 meses: aparece la sonrisa social, es decir, el niño reconoce a las personas y les sonríe si les dicen algo y establece el vínculo de apego.
‑ De 3 a 6 meses: expresa y reconoce emociones, como alegría, tristeza o enfado.
‑ De 6 a 9 meses: comienza a interactuar con personas y objetos de su alrededor. Y empieza a sentir miedo a los extraños.
‑ De 9 a 12 meses: la empatía comienza a estar presente, ya que en ocasiones se pone triste si alguna persona conocida lo hace o alegre.
‑ De 12 a 24 meses: comienza a expresar vergüenza o timidez. Está en la fase de desarrollo de procesos afectivos que le ayudarán a adaptarse socialmente.
B. El niño de 2 a 4 años
‑ El niño todavía es inestable emocionalmente e impaciente, por ello tiene rabietas con facilidad y poca tolerancia a la frustración.
‑ Comienzan a aparecer las emociones de orgullo, culpabilidad, envidia y autovaloración de uno mismo.
‑ Suelen tener miedo a lo desconocido, a la oscuridad, a los ruidos,…
‑ Es una etapa caracterizada por un cierto egocentrismo, le cuesta compartir y no tiene adquirido un adecuado control de sus impulsos.
C. El niño de 4 a 6 años
‑ Aún continúa la fase del egocentrismo, aunque comienza a ser un poco más comprensivo y responsable. En estas edades está aprendiendo a respetar y comprender las normas y los límites.
‑ Tiene dificultades para comprender los sentimientos y las necesidades de los demás.
‑ Se inicia el Complejo de Edipo y Electra, es decir, la identificación con el padre si es niño y con la madre si es niña, sintiendo cariño y ternura hacia el otro progenitor.
Teorías del apego
John Bowlby:
Bowlby definió cinco pautas básicas de esta conducta de apego que ayudan a poner en contacto al niño con su madre: succión, prensión, seguimiento, llanto y sonrisa. Para la consecución de este apego el niño pasa por una serie de fases:
Orientación y señales sin discriminación de figuras (0-2 meses) El niño realiza un seguimiento de las personas que le cuidan a través del movimiento ocular. Aún no rechaza a desconocidos, siempre que obtenga los cuidados necesarios adecuadamente.
Orientación y señales dirigidas hacia una o más figuras discriminadas (3-6 meses) En esta fase presenta una interacción especial con la madre y comienza a distinguir las personas conocidas, aunque sigue sin rechazar las desconocidas, siempre que lo atiendan. Comienza a aparecer la sonrisa social y los intentos de alcanzar a la persona.
Mantenimiento de la proximidad hacia la figura discriminada tanto por medio de locomoción como de señales (6 meses a 2- 3 años) Comienza a tener miedo a los extraños, buscando refugio en la figura de apego a través del llanto o el acercamiento. Se establece la sonrisa selectiva
Formación de una asociación con adaptación al sujeto (a partir de los 3 años) Progresivamente van superando las conductas de apego hacia la madre. El niño ya sabe que su madre sigue existiendo aunque no la pueda ver y por lo tanto la concibe como un “objeto” independiente”.
Mary Ainsworth:
La autora, al igual que Bowlby postula la importancia del vínculo de apego del niño con la madre y plantea que la separación del niño con su figura de apego es traumática y produce miedo. Ainsworth diseñó la situación del extraño, a través del estudio del comportamiento y las reacciones que tenían veinte niños de 12 a 14 meses, que se encontraban en una habitación con sus madres y que después estas salían fuera para dejarles solos con una persona extraña, una vez observada la ansiedad por la separación, la madre regresaba, consolando a su hijo si fuera necesario.
Las emociones
Entre el segundo y cuarto mes aparecen expresiones de alegría, ante un elemento gratificante, cólera, cuándo está irritado o enfurecido, sorpresa, ante una situación nueva, y tristeza y a partir del quinto mes de miedo, cuándo el niño siente inseguridad, incertidumbre y por lo tanto peligro o amenaza. De 2 a 3 años el niño puede expresar vergüenza, culpa y orgullo.
IDENTIFICACIÓN DE LOS PRINCIPALES CONFLICTOS RELACIONADOS CON LA AFECTIVIDAD INFANTIL
‑ Los miedos: El que suele darse a los 2 años, es el miedo a los ruidos fuertes, de 3 a 5 años, también se da el miedo a la oscuridad y lo desconocido y hasta los y a los 6 años pueden aparecer el miedo a dormir solo, o a perderse.
‑ Enuresis: Se suele dar a partir de los 3‑4 años, cuándo la mayoría de los niños controlan la orina. El niño realiza una emisión involuntaria de la orina y esta está relacionada con algún acontecimiento en su entorno que le afecta a nivel emocional de manera estresante.
‑ Encopresis: Es la defecación involuntaria, que no se da por causas físicas. Al igual que la enuresis es frecuente en niños a partir de 4 años.
Experiencias vividas
Desde nuestra experiencia personal como en el ámbito profesional se puedo indicar que varios de los autores anteriormente planteados tienen como coherencia, y credibilidad en cada uno de sus postulados ya que nos indican la gran diversidad de aprendizaje y relación en las diferentes etapas de la vida. Como lo podemos observar a continuación:
Piaget
Los diferentes periodos que este autor nos indica me parecen muy acordes ya que he podido observar en diferentes menores que la parte sensorial y motriz es la base fundamental para el fortalecimiento del aprendizaje, a través de la aplicación de actividades con objetos, estructuras y formas de ambiente de igual forma. La parte afectiva transciende en el desarrollo de habilidades ya que los menores transmiten su pensamiento e ideas utilizando como referente lo que percibe, piensa, aprende y comprende de su mismo entorno.
Etapa (0-2 años)
Mi experiencia personal fue desde muy pequeña mi figura de apego que es mi mamá me enseño a conocer el medio que nos rodea, vivir experiencias a través de las cuales movilizan capacidades y conocimientos a través del entorno y la naturaleza a crear conciencia desde la primera infancia al cuidar al medio ambiente. también es importante recalcar desde la edad lo fundamental que es las actividades rectoras como es la exploración del medio que es el aprendizaje de la vida y de todo lo que nos rodea como podemos observar mi madre me enseño a cuidar la naturaleza y de esta manera adquirir destrezas y habilidades motrices al manipular mi entorno.
El ambiente afectivo familiar son los entornos protectores más importantes durante la infancia, la experiencia vivida durante mi niñez fue compartir con mis hermanos en especial con los hermanos mayores que nos cuidaron durante nuestra infancia recordar aquellos momentos tan especiales de juegos, travesuras son acontecimientos que quedan grabados en el corazón y en especial recordar esas dos personitas que nos acompañan desde el cielo. Desde la primera infancia las conexiones emocionales son la base del desarrollo integral de los niños y son importantes para el desarrollo de la personalidad. Estas conexiones emocionales son proporcionadas por los padres, otros miembros de la familia, cuidadores y personal educativo. De esta manera es fundamental el apoyo de los adultos al fortalecer el desarrollo de habilidades del niño y aprender a interpretar y comprender el significado de sus expresiones gustos y disgustos.
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